Refúgios para evitar ataques de lobos



 
Refúgios ganaderos para evitar ataques de lobo 
          


Los ganaderos de la región podrán proteger a sus vacas, cabras y ovejas de los ataques de lobos en refugios que construirá la Comunidad de Madrid en el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama gracias al acuerdo alcanzado entre la Consejería de Medio Ambiente y una veintena de empresarios rurales que han sufrido ataques de este animal protegido en los últimos años. Casi dos centenares de rumiantes han sido presa de los colmillos de los lobos desde 2011 y las solicitudes de indemnización se han incrementado exponencialmente en los últimos años, desde que se constató la llegada de una manada estable a la sierra madrileña a comienzos de la década, después de años sin establecerse en la región.

 


Junto a los refugios –cuya construcción y ubicación se estudiará ahora dentro de las limitaciones del Parque Nacional–, la Comunidad ha entregado 48 euros en ayudas a los ganaderos para resarcirles de los daños causados por los lobos, y se han dispuesto para este ejercicio un total de 60.000 euros, lo que supone la cantidad más alta que dedica cualquier comunidad autónomo a este concepto. Además, el consejero de Medio Ambiente, Administración Local y Ordenación del Territorio, Jaime González Taboada, se comprometió a costear el 30% del importe de las pólizas que contratan las explotaciones para cubrir los daños de los ataques lupinos, cantidad que se hará efectiva en la misma anualidad y no a año vencido, como venía ocurriendo hasta ahora.

Los ganaderos llevaban varios años reivindicando mayor colaboración del Gobierno regional debido al cada vez mayor número de presas de estos animales entre los rebaños que pastan en la sierra madrileña y a que, siendo el lobo un animal protegido, no se autoriza su caza. Así, desde 2011 se han contabilizado 196 ataques en distintas explotaciones ganaderas que han dado lugar a 170 solicitudes de ayudas en el mismo periodo. El motivo del incremento, explican desde la Consejería, obedece a que tanto los empresarios rurales como los técnicos de Medio Ambiente documentan más y mejor los casos de ataques, no porque se haya constatado un aumento del número de lobos en el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama.

Más ayudas cada año

Igualmente, las ayudas a los afectados por la pérdida de reses por la caza de la manada han ido creciendo año a año, desde los 20.000 euros que se aportaban en 2013, 40.000 en 2014 y 60.000 este ejercicio. En total se han abonado 160.000 euros desde 2011 y, según detallan desde el Gobierno regional, ningún año se ha agotado el crédito disponible para las indemnizaciones.

A esto se añade el esfuerzo extraordinario que hizo el anterior Ejecutivo a primeros de este año al añadir nuevas ayudas después de varios ataques masivos de los lobos que causaron decenas de rumientes muertos o heridos, además de aumentar las ratios de las indemnizaciones por la franquicia de los seguros del Plan Nacional de Seguros Agrarios, el lucro cesante y el daño directo. El entonces consejero de Medio Ambiente, Borja Sarasola, incluyó aportaciones para prevenir la acción tanto de lobos como de perros asilvestrados mediante la construcción de cerramientos, pastores eléctricos –vallas electrificadas–, cursos de formación gratuitos de manejo de ganado o la entrega de cachorros de mastín para garantizar la seguridad de los rebaños, una medida pionera.
Ahora, González Taboada añade las actuaciones singulares en el ámbito del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama con la construcción de refugios específicos que puedan utilizar los pastores para resguardar a reses, ovejas y cabras en caso de sufrir el ataque de un lobo. Debido a la especial protección del Parque Nacional serán los técnicos de Medio Ambiente quienes determinen ahora las características que tendrán que tener estos refugios, así como su situación en los lugares de pastoreo.

Asimismo, en la reunión entre los ganaderos y la Consejería de Medio Ambiente, que se desarrolló en un clima de entendimiento y cordialidad, se ha establecido que estos encuentros se realicen periódicamente para mejorar la colaboración entre el Gobierno regional y los afectados por los ataques de los lobos para solucionar el problema.

Mastines contra lobos


Unos lobos salvajes, comiendo una presa

"Protejo al ganado con once mastines"

  • Los ganaderos al sur del Duero aprenden a protegerse del lobo, que se ha adaptado a los paisajes abiertos de la campiña
Fernando Pastor, un ganadero de ovejas criadas de forma extensiva y en ecológico en Armuña (Segovia), es precavido. No le queda más remedio. Aún tiene muy presentes los ataques del lobo registrados hace ocho años en el pueblo. Por eso, enseña con cierto orgullo el pastor eléctrico en el que guardará el ganado si aparece el temido carnívoro: una valla-redil con una malla de nailon y un hilo con corriente eléctrica conectado a una batería. "Es un sistema eficaz. Si el lobo sufre una descarga, ya nunca se acercará, porque relaciona la valla con la descarga", comenta.
 
En los territorios de Castilla al sur del Duero no hay costumbre de protegerse frente al lobo. El ganado se dejaba en naves con vallado franqueables y en verano los rebaños eran conducidos al monte también con poca vigilancia. Pero eso va cambiando, una vez constatado el avance del lobo, que se ha adaptado a los paisajes abiertos de la campiña segoviana. Muchos ganaderos han optado por tomar medidas de prevención, en lugar de pedir a la administración que cace al lobo sin más. No obstante, el Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente -presionado por el lobby ganadero- ha pedido a la UE que se cambie la directiva de Hábitats para que se pueda cazar el lobo al sur del Duero. Pero, por ahora, no lo ha conseguido.
 
Con más experiencia en materia de protección, el ganadero Alberto Fernández nos enseña sus 1.600 ovejas estabuladas en Santa Colomba de Sanabria (Cobreros, Zamora). "Yo veo el lobo cada año; pero cuando muevo el ganado llevo once mastines. En mi granja no he sufrido ataques; para esos están ellos", dice feliz.

Fernández vivió hace unos años un peligroso encuentro con dos lobos, pero se debió a que fueron invadidos por las 1.200 ovejas al entrar en el monte. "Pensé: '¿Por qué corre mi ganado?' ¡Pero si es el lobo! Me topé con un animal en el sendero, casi me atropella, dando saltos y quiebros". Sus mastines estuvieron persiguiendo a los lobos dos horas. "El lobo es un h. de p.; pero siempre ha estado aquí. Si no hubiera lobos, yo no tendría mastines; y para mí sería terrible", agrega. Fernández prefiere al lobo vivo, aunque controlado, consciente de sus ventajas. "El lobo nos trae ecologistas para estudiarlo, crea empresas de turismo, controla al ciervo o al jabalí...".

Jorge Echegaray, consultor experto, aclara que "el número de ataques al ganado no depende de que haya más lobos, sino de que se haga un manejo correcto de los rebaños".  Al sur del río Duero hay menos lobos, pero se registran más ataques al ganado proporcionalmente.   Eso prueba que la ganadería extensiva que se mueve muchas veces sin vigilancia ni recogida nocturna y está carente de perros mastines es más sensible.

Los ganaderos se muestran, en cambio, reacios a contratar un seguro para afrontar los daños del lobo con el argumento de que el problema no lo han causado ellos. Además, se quejan de que son caros y de que las indemnizaciones de la administración no cubren impactos difíciles de valorar (casos de estrés en los animales, abortos, pérdida de productividad...). Echegaray apunta que las indemnizaciones y las ayudas oficiales (por los daños o para medidas de protección) deben estar sujetas a objetivos ambientales. Se trataría de ofrecerlas si realmente se comprueba que se alcanzan las metas sobre conservación de la fauna salvaje (incluido el lobo). "La caza no resuelve el problema. Llevamos años cazando y eso no ha disuadido los ataques", dice Theo Oberhuber. Ecologistas en Acción pide la puesta en marcha de un plan de recuperación del lobo al sur del Duero, combatir el furtivismo y medidas para lograr la coexistencia de la ganadería extensiva y la conservación del gran carnívoro.

Cuantos más lobos se matan más ataques se contabilizan

 

 Los daños del lobo afectan al 0,70% de la cabaña ganadera de Picos de Europa -

Los daños del lobo afectan al 0,70% de la cabaña ganadera de Picos de Europa

Ningún ejemplar fue abatido en 2013 en controles poblacionales dentro del parque

 

Durante el año 2013 ningún lobo fue abatido en el Parque Nacional de Picos de Europa en los distintos controles poblacionales que se realizan entre las distintas las especies silvestres. Sin embargo, sí fueron cazados tres ejemplares dentro de la actividad cinegética ordinaria de la Reserva Regional de Caza de Riaño, que tiene asignado un cupo de 26 lobos de los 137 autorizados en toda la provincia de León.

Así queda reflejado en el informe de daños del lobo en el Parque Nacional de Picos de Europa, en el que figura la relación de ataques protagonizados por esta especie en la cabaña ganadera de la zona. En total se abrieron 151 expedientes por ataques en todo el parque, en los que 206 animales resultaron muertos. La localidad que más daños registró es el municipio asturiano de Cangas de Onís, con 53 bajas, seguida de Camaleño (47) y Cabrales (27), también en Asturias. Por su parte, en los municipios leoneses se registraron un total de 37 bajas, 25 en Oseja de Sajambre y doce en Posada de Valdeón.

Las especies que están más en el punto de mira del lobo son los terneros. Por su culpa fallecieron el año pasado un total de 76. Muy seguidos está el ganado ovino (71), el caprino (31), los corderos y los cabritos, con diez bajas cada especie, los potros y los machos de ganado menor, con cuatro muertes cada uno.

Estos 206 ataques se producen sobre un total de 29.324 cabezas de ganado, tanto mayor como menor, que son las que están registradas dentro del Parque Nacional, lo que significa que sólo el 0,70% de esta cabaña ha sufrido daños provocados por el lobo.
Todos estos ataques supusieron una responsabilidad patrimonial por parque de la administración de 75.466 euros, que es la cantidad que recibieron los ganaderos como indemnización por daños seguros. Hay otros muchos que se consideran dudosos, y no se pagan. Es el caso de los animales que supuestamente han sido atacados por lobo y no aparecen, bien porque huyeron malheridos o porque sus cuerpos fueron trasladado por los propios predadores. También hay otros muchos ataques en los que no ha quedado suficientemente demostrada la acción del lobo, como es el caso del ataque de perros asilvestrados, por lo que tampoco llegan a indemnizarse.